Sacerdote, Jesús, ya hizo el perfecto sacrificio por nuestros pecados. “Y así, con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados” (Hebreos 10:14). Dado que nuestros pecados ya fueron eliminados por su sacrificio, “no hay más ofrenda por el pecado” (Hebreos 10:18). Aun así, Juan declara que somos sacerdotes; somos un “sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo” (1 Pedro 2:5). Pero las ofrendas que los sacerdotes de Jesús traen
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